Las cosas ocurren como menos lo imaginas, el tiempo se encarga de poner las cosas en su lugar, pero definitivamente el mundo es de los valientes.
Ésta es la historia de cómo tomé la decisión más difícil de mi vida, y esto puede pasar a cualquiera.
[[En el avión]]
Miraba por la ventanilla cuando sentí la presencia del sobrecargo, movía las manos y la boca, pero no entendía nada.
Hizo una pausa, esperaba mi respuesta, no sabía qué decir o qué responder, no había entendido nada.
Una vez más miraba cómo movía las manos y la boca, pero seguía sin entender, comenzaba a exasperarse.
Recordé que tenía puestos los tapones de oídos y rápidamente me los quité.
El sonido me envolvió lentamente, primero el zumbido del aire a presión, las turbinas, el cantineo de las copas y por último el murmullo de la gente.
Con la mirada le pedí que me repitiera lo que me decía y comenzó a hablarme muy fuerte como si padeciera sordera, su cara era de enojo y hablaba como si yo padeciera una discapacidad.
-¿QUÉ... LE... SIRBO?
[[Sexo en la playa]]
[[No me SIRBE de nada]]
[[(No sé que contestar)]]
Se hizo un silencio incómodo...
- ¡Hey! ¿Cuide sus palabras qué insinúa?
[[¿Pe... pero... qué dije?]]
[[¡Oh! No lo pensé así pero...]]
[[Que usted me gusta]]Me ruboricé tremendamente, no lo había pensado, y al mirar su desconcierto una gama de pensamientos lúbricos velozmente revolotearon a mi alrededor.
Enmudecí unos instantes, nuestras miradas de desconcierto fueron muy similares, también noté que se ruborizó y decidí únicamente pedirle un agua mineral.
Al poco tiempo aterrizamos y ahí terminó el capítulo.
[[Tiempo de dar un paseo]]Desde que abordé el avión no pude quitarle la mirada de encima, llevo un rato preguntándome si le gustaría salir algún día que ande por la ciudad.
Sólo sentí que mi mejilla dolorosamente se calentaba, el chasquido lo comprendí después. Una buena bofetada había sido mi respuesta.
Yo y mi bocota.
Me sirvió un agua mineral con muchos hielos y me dio una servilleta.
Me puse la bebida en la mejilla para bajar el dolor, mientras regresaba a mi, noté que en la servilleta estaba su nombre y número telefónico escrito. Creo que la respuesta no fue tan mala como pensaba.
Al poco tiempo aterrizamos y ahí terminó el capítulo.
[[Tiempo de dar un paseo]]Respondí con una sonrisa a manera de broma.
-No, no es cierto, es broma, los pensamientos me absorbieron mucho y usted me sacó de concentración.
Deme por favor un vaso con whisky.
Al principio se sorprendió de mi respuesta, pero entendió que no había sido mi intención no ponerle atención y que fue un tanto descortés el hablarme de esa forma. Nadie, ni aun teniendo una discapacidad debería tener un trato de ese tipo.
Al poco tiempo aterrizamos y ahí terminó el capítulo.
[[Tiempo de dar un paseo]]Se me quedó mirando con irritación y se retiró haciendo una mueca de disgusto haciéndome sentir como una persona estúpida por no entenderle.
¿Qué culpa tuve? simplemente no entendí qué me decía.
El vuelo transcurrió sin contratiempos, pero cada vez pasaba a mi lado no dejaba de tener la misma sensación de impotencia.
Al poco tiempo aterrizamos y ahí terminó el capítulo.
[[Tiempo de dar un paseo]]¡No, no! Por supuesto que no.
Es un malentendido, respondí lo primero que me vino a la cabeza, discúlpeme, no quise insinuar nada.
-Me miró con desconfianza.
Deme sólo un agua mineral. Disculpe el malentendido.
Al poco tiempo aterrizamos y ahí terminó el capítulo.
[[Tiempo de dar un paseo]]Desde que abordé el avión no pude quitarle la mirada de encima, llevo un rato preguntándome si le gustaría salir algún día que ande por la ciudad.
Volteó al carrito de servicio, sólo sentí frio en mi pecho, me tomó unos instantes darme cuenta que había vaciado agua sobre mí.
Yo y mi bocota.
Aparentando que el incidente fue un accidente se dirigió a su puesto por un trapo, al regresar limpió un poco el desastre, al final me sirvió un agua mineral con muchos hielos y me dio una servilleta para que me secara.
Mientras lo hacía, noté que en la servilleta estaba su nombre y número telefónico escrito. Creo que la respuesta no fue tan mala como pensaba.
Al poco tiempo aterrizamos y ahí terminó el capítulo.
[[Tiempo de dar un paseo]]Llegué al hotel que había reservado, era tarde, pero lo suficientemente temprano como para no querer encerrarme antes de la reunión de trabajo que tendría por la noche.
Decidí tomar un paseo. Había cerca una plaza comercial, recorriendola vi un local que despedía un aroma conocido y decidí beber un café para animarme un poco después del viaje que siempre resulta algo agotador, necesitaba relajarme y activarme al mismo tiempo, un café lo solucionaría.
Al cruzar por el umbral una figura me llamó la atención, era despampanante, ¡angelical! … sí, quizá exagero, quizá era que mis hormonas andaban al mil ese día o que cupido acertó de manera quirúrgica. Bueno, aquel "ángel" estaba frente a la máquina preparando café.
Al acercarme al mostrador un parroquiano se adelantó a mi, y pidió algo que no alcancé a escuchar, el dependiente que estaba atendiendo se voltea hacia aquel ángel que preparaba el café, le toca un hombro y le entrega la comanda y mi ángel respondió con una voz gangosa, un sonido característico, entre frase completa y voz sin aire, mi corazón dio un vuelco, en unos instantes me había dado cuenta que no escuchaba. Confieso que me sorprendió mucho, fue entre alegre y melancólico.
Al llegar mi turno, pedí un café estilo Mocha, grande.
¿Para llevar o para tomar aquí?
[[Para llevar]]
[[Para tomar aquí]]
No me intimidé, y al llegar mi turno con confianza y mirándole de frente le dije: Hola quiero un café americano por favor.
Al decirlo le estudiaba cada centímetro del rostro, era perfecto, en verdad era celestial, podría haber sido la inspiración de cualquier artista que se preciara de amar lo bello.
Sentí un ligero rozón en la mano, eso me despertó de mi embeleso, me estaba diciendo algo.
-¿Chico? -Dijo con su voz entrecortada. No era una voz fea, curiosamente era una voz algo grabe.
[[Sí, chico]]
[[No, grande por favor]]Al decirlo le estudiaba cada centímetro del rostro, era perfecto, en verdad era celestial, podría haber sido la inspiración de cualquier artista que se preciara de amar lo bello.
Sentí un ligero rozón en la mano, eso me despertó de mi embeleso, me estaba diciendo algo.
-¿Chico? -Dijo con su voz entrecortada. No era una voz fea, curiosamente era una voz algo grabe.
[[Sí, chico]]
[[No, grande por favor]]
¡Gracias! le dije colocando mi palma izquierda hacia arriba tocándola con el dedo medio de la mano derecha y girando la palma derecha hacia arriba.
¡Ocurrió algo espectacular! sus ojos -de por sí grandes- se abrieron más, levantó la mirada hacia mi -en ese instante sentí derretirme- sonrió ligeramente y llevó su mano cerrada con el dedo pulgar levantado a su barbilla y lo empujó al frente como si hiciera la seña de pulgar arriba, en su boca me pareció distinguir un “nada”.
Rápidamente volvió a su cafetera mientras yo permanecía como piedra babeando y observándole. Desperté en el instante que volvió a buscarme con la mirada, ambas se cruzaron y nos ruborizamos “levemente” -¡Ja!-
Torpemente endulcé mi café y como aún tenía tiempo decidí beber mi café en el local, para recrearme la pupila un ratito más. (guiño)
[[A la mañana siguiente]]
Le di las gracias con palabras y ni se inmutó, yo moría de pena, pues su belleza me intimidaba.
Tomé el café y rápidamente salí del local sintiéndome un poco mal por la forma en la que actué y lo torpe que debí parecerle.
Su imagen y mi forma de actuar me atormentaban, por un lado, suspiraba profundamente por su hermosura y por el otro, la sensación de torpeza al actuar, esa que se parece al bochorno de la primera exposición en el salón de clases o la primera aparición en el escenario.
En fin, lo dejé en paz y decidí regresar al día siguiente.
[[A la mañana siguiente]]
Con toda la actitud salí del hotel hacia la cafetería, un valor inusual en mi me movía, sin embargo, al llegar a la cafetería, decidí darle un par de vueltas a la plaza antes de entrar. No tenía en claro cómo debía abordar la situación, el corazón me palpitaba terriblemente, me emocionaba mucho, pero tenía que refrenarme para no cometer algún error que le alejara. El deseo de conocerle e interactuar era por demás intenso. ¿Amor a primera vista? ¡Nah! eso es cosa de pubertos ¿o no?
A la tercera vez que estuve frente a la cafetería, respiré profundamente y me decidí a entrar buscando aquella angelical figura junto a la máquina de café, pero para mi sorpresa, en ese instante estaba frente al mostrador atendiendo.
[[Hola, quiero un café americano]]
[[HOLA, ¿PUEDES ENTENDERME?]]
Sí, por favor.
El dependiente volteó y con un par de señas le indicó al ángel barista que quería un café mocha grande, pero en ese momento una compañera le estaba entregando un litro de leche y al parecer la información no pasó correctamente, lentamente veía cómo mi [[café estilo mocha*]] se convertía en un Americano con leche.
Y bueno, viniendo de quien venía ¿cómo podía rechazarlo?
[[-Gracias en lenguaje de señas-]]
[[-Decir gracias]]Dije en silencio como si estuviera gritando. Entrecerró los ojos, como si no entendiera lo que le estaba diciendo, eso me llenó de nerviosismo. Intenté decirlo nuevamente muy lento: ¿P U E D E S ... E N T E N D E R M E?
Noté cierta irritación y desconcierto de su parte. Movió las manos en señal de negación y me dijo con su voz entrecortada: Normal, normal, yo entiendo si hablas normal.
Me sentí algo torpe, recordé que alguna vez había escuchado que los sordos podían leer los labios, pero había que hablarles de manera normal, cotidiana y haciéndolo de frente.
El marcador en ese momento era:
Conquista a la vista: 0, Corazón roto: 1
[[Me da un café americano]]-Esta historia continuará-
Gracias por jugar.
¡No olvides probar eligiendo otras opciones!
Aquí puedes volver al [[Inicio]]Café con chocolate
[[Regresar|Para llevar]]No podía dejar de ver a ése "ángel", su rostro era perfecto, sus ojos cautivadores, podría perderme en ellos por largo rato; Sus labios invitaban a permanecer ahí toda una eternidad, sus cejas, su barbilla, su, su, su... todo un catálogo de cosas hermosas.
[[-Gracias en lenguaje de señas-]]
[[-Decir gracias]]La verdad es que no tenía muchas ganas del café, sólo había ido para comprobar que lo que había sentido la noche anterior fuere sólo un impulso raro.
-¿Para llevar? -Dijo haciendo una seña de caminar con los dedos.
Sí, dije asintiendo con la cabeza.
Registró los datos en la computadora y la volteó hacia a mi para que supiera el total a pagar. Saqué un billete y al momento de tomar el dinero nuestras manos se rosaron un breve instante. ¿Electricidad? ¡Naaaah! ¡TODO UN TSUNAMI DE EMOCIONES! creo que fue tan intenso que también lo notó y le generó desconcierto. Ambos nos ruborizamos.
Su costumbre al silencio creo que le hizo reaccionar primero, mientras a mi me tomó un instante más recomponerme.
Rápidamente volteó hacia la cafetera y comenzó a preparar el pedido. Al poco tiempo me lo entregó, al hacerlo nuestras miradas se encontraron y el mundo fue ligeramente rosa.
Lo dejó sobre la barra frente a mi con una sonrisa que me derretía, a lo que respondí bobaliconamente con un tímido gracias y una risita nerviosa.
Siguió atendiendo a los demás clientes, por lo que sólo pude tomar mi café y retirarme, no sin antes buscar su mirada y despedirme afablemente.
Respondió con una gran sonrisa y eso hizo mi día por completo.
Definitivamente lo que sentí no fue sólo coincidencia.
Lo siguiente será decidir un camino para acercarme más, y claramente sé que no hay camino fácil...
[[Tomar el camino difícil]]
[[Tomar el camino lógico]]
Pensaba quedarme un buen rato, un tanto para trabajar y otro tanto para ver si lograba obtener más datos de lo que se estaba convirtiendo en una leve obsesión.
-¿Llevar? - dijo haciendo una seña con los dedos como si caminara.
-No, aquí. - dije haciendo la seña con la mano.
-Sentar. - dijo señalando las mesas.
Le di las gracias y me acomodé en el lugar más estratégico que pude para mirarle y al mismo tiempo no ser o parecer imprudente.
Saqué mi libreta para hacer apuntes de trabajo -sí como no- mientras que me preparaban ese angelical café.
Observaba con detenimiento sus movimientos, un tanto con miedo a que se lastimara (un miedo irracional mío) y otro tanto la delicadeza que tenía para preparar la bebida. Observaba su piel, su cabello, su espalda -suspiro- y bueno, el doctor me recomendaba exactamente eso para curar mi soledad.
Mientras lo preparaba me parece como si hubiera sentido mi suspiro porque un instante después volteó hacia mi, las miradas se cruzaron y ambos, ¡sí, ambos! nos ruborizamos como pubertos y nos mordíamos el reboso. ¿Será que no le sería tan indiferente? ¡Lo averiguaré de una buena vez...! eh... no, quizá espere un poco, quizá debiera averiguar un poco más, no sea que tenga pareja y nos meta en un problema.
[[Trabajar un rato y seguir observando]]
[[Seguir coqueteando discretamente]]
[['Ingue su... ¿Me das tu teléfono?]]
[[Continuará]]
[[Continuará]]
[[Continuará]]
[[Continuará]]
[[Continuará]]